Por Giovanna Medina
Cada vez que lavamos los platos,
el carro, el perro, regamos el jardín, y lo que venga a su imaginación;
contaminamos agua que nunca más vuelve a ser blanca.
En estos tiempos pareciera
absurdo hablar de reciclaje y reservas de este preciado recurso, pero es
que la palabra sostenibilidad para algunos es más una moda que una forma de
vivir. El agua considerada para el consumo humano suma un 1% del agua del planeta,
el agua del mar ocupa el 70% del agua del mundo y la otra parte son los
glaciares. Esto evidencia lo importante que es economizar el vital líquido.
Caracas en condiciones normales recibe 18.5 metros cúbicos por
segundo, lo que corresponde a 400 litros por habitante. Más de 250 litros por
habitante representan un mal uso del líquido según Hidrocapital (El Universal.
Alejandro Hitcher, 2010). Según el INE en España, las regiones que más
consumieron agua en el 2010 fueron Cantabria,
Castilla y León, Extremadura y Asturias con un promedio de 173 litros por agua,
por persona, por día. Ello refleja el gran despilfarro pero sobre todo la falta
de consciencia que tenemos todos los estratos sociales que damos vida a nuestra
capital.
La sostenibilidad implica en términos reales, políticas públicas que
influyan en el consumo de los recursos de una manera concienzuda que permitan
un equilibrio con la naturaleza y aseguren que no exista crisis en las
siguientes generaciones.
Hablar de reciclaje implica reducir en cada hogar los niveles de
consumo, pero también colocar plantas de tratamiento y tener un proyecto que abarque
distintas escalas de impacto. Independientemente de ello tenemos quebradas y un
gran río en el medio de la ciudad a manera de gran cloaca, cuando en otros
países como Seúl están desmontando autopistas para dejar que el cauce natural
que a sus anchas se reconcilia con el paisaje urbano, aportando no solamente un
ambiente más humano, sombreado y confortable para los peatones, sino también
posibilidades de almacenamiento y sistemas de riego alternativo para la ciudad.El
27% de los habitantes de las ciudades de países en desarrollo no tienen acceso
a agua corriente en casa, y los pobres pagan hasta 50 veces más por litro de
agua que sus vecinos más ricos según la Oficina Regional de la FAO para América
Latina y el Caribe. (Jan Van Wambeke, 2010)…Una evidencia mas de que nos urge
despertar.
Lo beneficioso de este recurso es
que se puede almacenar fácilmente. Y las tecnologías para realizar una
optimización del uso son bastante rudimentarias en comparación con la energía
eléctrica, nuclear, etc.
En 20 Proyecto Guaire, contempla
separación de caudales de aguas de lluvia y aguas residuales, además de
mitigación de riesgos. Qué pasaría si el
proyecto Guaire no solo tomara en cuenta la diferenciación de los cursos de
agua servidos, y empezara a proponer la reutilización y procesamiento del
mismo, además de una rehabilitación urbana de una ciudad que actualmente posee
líneas de agua que presentan un límite infranqueable para el ciudadano, ya sea
en vehículo o a pie.
Este tipo de proyectos se vuelven estratégicos en la medida que multidisciplinarmente
se conciban como una oportunidad de progreso y estrategia de productividad. La
regeneración urbana deriva también en inversiones privadas que retribuyen el
beneficio social que realiza inicialmente el estado. Esta posibilidad presenta una oportunidad de
reabrir espaldas de edificaciones que por años han estado aisladas del contexto
e inaugurar una ciudad con alto potencial peatonal y 13 quebradas que la atraviesan,
además de un gran río conector de distintos paisajes y microsistemas de hábitat
que hoy se encuentran mal articulados.
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