martes, 25 de marzo de 2014

El ciclo circadiano (Parte I)


Por: Derkje Van Dillewijn


Hoy en día vivimos en medio de una revolución dominada por la tecnología, (computadoras personales, comunicación instantánea a través del mundo, transporte aéreo, entre otros). Esto ha transformado al mundo en una gran aldea global. Los negocios, jornadas y la vida misma, pueden ser y son llevados a cabo literalmente en cualquier parte del mundo, a cualquier hora del día o de la noche. Esta nueva tecnología, nos presenta una amplia gama de oportunidades, también conlleva graves consecuencias sino aprendemos a adaptarnos a esta sociedad incesante que la tecnología creó. Si este estilo de vida no es manejado apropiadamente, pude repercutir en la productividad, la seguridad, la salud de los individuos y las relaciones personales.
Los humanos fuimos diseñados para dormir de noche y estar despiertos de día. Desde los tiempos pre-históricos, nuestros relojes biológicos han sido programados para funcionar según un ciclo, o ritmo de (circa) 24 horas o un día, estos son los ciclos circadianos. Hoy en día se trabaja en variadas jornadas, descansamos un poco o se duerme y así seguimos como si nada. En algún momento esto nos puede llevar a mas allá de los límites de nuestro diseño fisiológico, se reduce la vigilancia, la eficiencia y disminuye nuestra capacidad para tomar decisiones y  juicio en todos los diferentes ámbitos de nuestras vidas. Para evitar esto debemos sintonizarnos mejor con nuestro ritmo circadiano, para poder manejar los estados de alerta y fatiga efectivamente.


El ciclo circadiano se repite cada veinticuatro horas y durante este tiempo se acoplan los ritmos biológicos del hombre, de tal manera que si se produce un desajuste horario éste nos provoca trastornos como dolores de cabeza, irritabilidad o trastornos del sueño. Cada ser tiene su propio ciclo circadiano que determina entre otras las particularidades que cada uno tenemos a la hora de levantarnos, de acostarnos y nuestros momentos de mayor lucidez a lo largo del día.
Los mecanismos neurológicos que regulan el ciclo circadiano se encuentran en el hipotálamo cerebral y son regulados por una sustancia sensible a la luz denomina melatonina producida en el cerebelo.
Esto explica el fenómeno denominado “jet lag” que tras modificar en un breve período de tiempo los husos horarios produce un desajuste en el ciclo circadiano que causa molestias en el organismo, o los trastornos que también pueden sufrir las personas que trabajan el turnos nocturnos.
Aunque la tecnología de hoy en día nos parezca infinitamente adaptable, el cuerpo humano no lo es. Y los factores más importantes que hay que aprender a dominar en la vida actual es la alerta y la fatiga.
La alerta, es el eslabón perdido en las ecuaciones del desempeño humano, una de sus definiciones es la vigilancia y la atención.
La fatiga, es la sensación de cansancio extremo, agotamiento o debilidad que puede hacer que las tareas cotidianas se tornen más difíciles, es la principal causante de accidentes en todos los ámbitos, está en el hecho que nuestro mundo nunca se detiene, la tecnología está diseñada para trabajar día y noche mientras que nuestros cuerpos no lo están.
Podemos mejorar los estados de alerta, administrando nuestras horas de sueño, así se previene el síndrome de comportamiento automático, popularmente conocido como el “dormir con los ojos abiertos” esto lo logramos administrando, factores de nutrición y ejercicio.
Nuestro reloj biológico queda ubicado en una estructura del sistema nervioso central denominado Hipotálamo (por debajo del tálamo), específicamente en un área conocida como el núcleo supraquiasmático. Las funciones de este reloj se ejecutan en el cuerpo a través de la liberación de varias sustancias, entre ellas, la melatonina, la cual es secretada por la Glándula Pineal o Epífisis. Según la hora del reloj biológico, este libera o deja de liberar melatonina a la sangre dependiendo si es hora de dormir (noche) o de estar despierto (día) respectivamente.


Los receptores de la retina son estimulados al interactuar con la luz, no importando el origen de la misma. Nuestro sistema nervioso no está al tanto si la luz que recibe es del sol, de un bombillo, de una pantalla de computadora o de TV, de un teléfono o de cualquier otro dispositivo que genere algún tipo de iluminación.
Todas las elecciones que hacemos sobre el estilo de vida ayudan a determinar nuestro propio ritmo circadiano personal. Al igual que tu reloj de pulsera, tu reloj biológico interno puede salirse del horario.


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