Por: Inés Muñoz Aguirre
Construir la marca país, es una tarea de todos desde las distintas
áreas. Un ejemplo que podemos tomar, es
el que ya venimos desarrollando en esta columna como lo es el caso del turismo
en Colombia. Imaginemos que deseamos
construir nuestra marca país a partir de
este rubro. ¿Por qué no? Si Venezuela cuenta con un inventario natural que lo
hace un país privilegiado. Nuestras ventajas son bien conocidas por todos, sin
embargo iremos enumerando algunas de ellas sólo con el objetivo de delinear un
mapa de opciones que nos permitan retomar el tema de nuestras potencialidades.
En primer lugar está nuestra ubicación geográfica. Durante muchos
años se debatió sobre este tema en el país, son muy pocos los que tienen el
privilegio con el que contamos y se evidencia con claridad cuando observamos el
mapamundi. Venezuela es de forma natural
una puerta abierta hacia Latinoamérica, convirtiéndose en un posible punto de
escala o de encuentro para todo aquel que quiera viajar hacia el sur, pero a su
vez es también el punto de entrada a la inversa para todo aquel que quiera
viajar del sur hacia Centro América, hacia el Caribe y hacia el norte.
Esta situación fue el elemento motivador para que seamos un país
que cuenta con ocho aeropuertos internacionales: Aeropuerto de Valencia - Arturo Michelena,
Aeropuerto de San Antonio del Táchira, Aeropuerto de la isla Margarita,
Aeropuerto de Barcelona - José Antonio Anzoátegui, Aeropuerto de Maiquetía-
Caracas, Aeropuerto de Barquisimeto - Jacinto Lara y el Aeropuerto de
Maracaibo, el cual conocemos como aeropuerto de La Chinita. Sin embargo, sus instalaciones ya se quedaron
al margen de las necesidades que habría que cubrir para hacer de nuestro país,
un punto amable y productivo de conexión internacional.
Tomado el punto del tránsito como un elemento de base con el
objetivo de hacer voltear las miradas hacia nosotros podríamos generar un
movimiento equiparable a lo que sucede con los aeropuertos de Miami y de Dallas
en Estados Unidos, los cuales convertidos en puntos de conexión para otros
destinos generan un movimiento muy fuerte que repercute de forma directa en la
productividad-país.
Recuerden que en la columna anterior decíamos textualmente: “Ningún
país, en una sociedad donde la crisis siempre está a la vuelta de la esquina,
quiere tener todos los huevos colocados en la misma cesta. Ya ningún país
quiere ser calificado de mono productor, por el contrario su éxito se medirá en
la medida de su capacidad para generar tantos ingresos como posibilidades de
desarrollo…”.
A su vez el sector del turismo elegido como una base para la
creación marca país, cuenta con múltiples facetas en las que se pueden multiplicar con creces las
acciones. Sólo detenernos en este aspecto
del cual hablamos en esta oportunidad abre un mundo infinito de generación de
empleo, fuentes de ingreso, posibilidades de inversión, crecimiento
comercial, implementación de servicios, formación de personal especializado,
recolección de impuestos, reclutamiento de personal con habilidades
específicas.
Vemos el aeropuerto sólo como el punto de inicio en una base
estructural que como un árbol cuenta con
numerosas ramas, las cuales contando con
raíces firmes que les permitan crecer
podrán extenderse .
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