jueves, 9 de octubre de 2014

Un reto contemporáneo



                                                                                                 Por: Inés Muñoz Aguirre


El mundo actual y su red de negocios se perfecciona cada vez, en la búsqueda de propiciar desarrollo, competencia, elementos de progreso y la posibilidad de generar recursos. Esta búsqueda incluye hoy en día un manejo distinto de la proyección de los países ante  sus iguales, ¿en función de qué? De marcar una diferencia que les permitirá atraer nuevos ingresos por distintos conceptos. Acción que se convierte a su vez en una señal importante sobre la conciencia de la diversificación. Ningún país, en una sociedad donde la crisis siempre está a la vuelta de la esquina, quiere tener todos los huevos colocados en la misma cesta. Ya ningún país quiere ser calificado de mono productor, por el contrario su éxito se medirá en la medida de su capacidad para generar tantos ingresos como posibilidades de desarrollo va generando, tanto desde el sector público como desde el sector privado. 

En este empeño se ha fundamentado el tema de la MARCA PAIS.
COLOMBIA es uno de los ejemplos más cercanos de la importancia que está adquiriendo este tema. La construcción de su marca se refleja en diversas áreas. En el caso del turismo han trabajado de forma constante promocionando las playas y los diversos atractivos de un país, ante el cual durante mucho tiempo la gente sintió temor, por los diversos problemas que enfrentaban y que se relacionaban con la seguridad.  Como un mensaje para construir la contraparte comenzaron a promover fuertemente la frase “el único riesgo es querer quedarse”, una frase nada fácil  de manejar por la utilización de una palabra que puede crear dudas y sin embargo logró posicionarse muy bien en el espíritu  de sus receptores. A eso se le sumó la imagen de amabilidad del colombiano, reforzando con ello la propuesta que abría un camino hacia el turismo. 

El trabajo en función de ello se enfrentó con indudable consistencia,  las mejoras en la seguridad y en la percepción del país que ha experimentado Colombia en la última década han permitido que el turismo de grandes  pasos, el país cuenta con un capital natural que decidió aprovechar: las costas colombianas están bañadas por el mar Caribe y por el Océano Pacífico, y entre los paisajes que comprenden sus fronteras hay sabana, selva, desierto, páramo y llanuras, con lo que la oferta turística es muy amplia.

No ha sido en vano el esfuerzo, ya los resultados hablan por sí solos, Bogotá se consolida como la ciudad más visitada del país, seguida por Cartagena 14,6 por ciento y Medellín 10 por ciento, aunque se registra un creciente interés por ciudades como Pereira y Cúcuta.

El turismo en Colombia ha mostrado una dinámica de crecimiento importante, lo que se han traducido en un incremento continuado del número de turistas internacionales y en una fuente significativa de divisas. Según Proexport, la llegada de viajeros extranjeros viene creciendo a un ritmo anual promedio cercano al 10 por ciento en los últimos 10 años a lo cual también contribuye la asistencia a eventos promovidos en las diferentes ciudades.

Por otra parte la disposición del gobierno a propiciar todo el apoyo y las reglamentaciones necesarias han respaldado el interés por parte de la empresa privada en apostar a una marca país, que se ha ido convirtiendo en orgullo y que cuenta con diversas aristas que también valdrá la pena analizar.


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