Por: Inés Muñoz Aguirre
El mundo actual y su red de negocios se
perfecciona cada vez, en la búsqueda de propiciar desarrollo, competencia,
elementos de progreso y la posibilidad de generar recursos. Esta búsqueda incluye
hoy en día un manejo distinto de la proyección de los países ante sus iguales, ¿en función de qué? De marcar
una diferencia que les permitirá atraer nuevos ingresos por distintos
conceptos. Acción que se convierte a su
vez en una señal importante sobre la conciencia de la diversificación. Ningún
país, en una sociedad donde la crisis siempre está a la vuelta de la esquina,
quiere tener todos los huevos colocados en la misma cesta. Ya ningún país
quiere ser calificado de mono productor, por el contrario su éxito se medirá en
la medida de su capacidad para generar tantos ingresos como posibilidades de
desarrollo va generando, tanto desde el sector público como desde el sector
privado.
En este empeño se ha fundamentado el tema
de la MARCA PAIS.
COLOMBIA es uno de los ejemplos más
cercanos de la importancia que está adquiriendo este tema. La construcción de
su marca se refleja en diversas áreas. En el caso del turismo han trabajado de
forma constante promocionando las playas y los diversos atractivos de un país,
ante el cual durante mucho tiempo la gente sintió temor, por los diversos
problemas que enfrentaban y que se relacionaban con la seguridad. Como un mensaje para construir la contraparte
comenzaron a promover fuertemente la frase “el único riesgo es querer
quedarse”, una frase nada fácil de
manejar por la utilización de una palabra que puede crear dudas y sin embargo
logró posicionarse muy bien en el espíritu
de sus receptores. A eso se le sumó la imagen de amabilidad del
colombiano, reforzando con ello la propuesta que abría un camino hacia el turismo.
El trabajo en función de ello se enfrentó
con indudable consistencia, las mejoras
en la seguridad y en la percepción del país que ha experimentado Colombia en la
última década han permitido que el turismo de grandes pasos, el país cuenta con un capital natural
que decidió aprovechar: las costas colombianas están bañadas por el mar Caribe
y por el Océano Pacífico, y entre los paisajes que comprenden sus fronteras hay
sabana, selva, desierto, páramo y llanuras, con lo que la oferta turística es
muy amplia.
No
ha sido en vano el esfuerzo, ya los resultados
hablan por sí solos, Bogotá se consolida como la ciudad más visitada del país,
seguida por Cartagena 14,6 por ciento y Medellín 10 por ciento, aunque se
registra un creciente interés por ciudades como Pereira y Cúcuta.
El turismo en Colombia ha mostrado una
dinámica de crecimiento importante, lo que se han traducido en un incremento
continuado del número de turistas internacionales y en una fuente significativa
de divisas. Según Proexport, la llegada de viajeros extranjeros viene creciendo
a un ritmo anual promedio cercano al 10 por ciento en los últimos 10 años a lo
cual también contribuye la asistencia a eventos promovidos en las diferentes
ciudades.
Por otra parte la disposición del gobierno
a propiciar todo el apoyo y las reglamentaciones necesarias han respaldado el
interés por parte de la empresa privada en apostar a una marca país, que se ha
ido convirtiendo en orgullo y que cuenta con diversas aristas que también
valdrá la pena analizar.
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