UN RETO DE LA RESPONSABILIDAD SOCIAL
CONTEMPORANEA
Por: Inés Muñoz Aguirre
En más de una oportunidad hemos hecho
referencia a la importancia de mirar hacia adentro cada vez que hablamos de
responsabilidad social empresarial. Y en
ello insistimos porque es la única manera de lograr la calidad, dedicación y
compromisos necesarios para hacerse sentir en la relación con la comunidad.
Cualquier empresa que en Venezuela se
dedique al área de SERVICIO, debe considerar en estos momentos la inversión en
educación, formación y motivación de su equipo en relación a la responsabilidad
que significa el tener contacto con la comunidad. El deterioro en taquillas de
atención al público se ha ido acentuando el último año de manera evidente. Las
personas de la tercera edad son tratadas con pocas consideraciones y las
respuestas eficientes a solicitudes de información han disminuido de manera
drástica. Al punto que muchas personas se limitan a contestar mediante gestos o
simplemente levantan la vista de vez en cuando del teléfono a través del cual
chatean, consiguiendo la oportunidad de comunicarse con el usuario que tienen
al frente entre mensaje y mensaje.
¿De qué se trata? Cuando se observan
reacciones como estas desde un contexto general, es muy importante entender que
algo está ocurriendo. Podrían ser muchas las causas, desde el irrespeto por lo
que se hace, a la desmotivación, la falta de interés, la creencia de que se está haciendo bien, la
pérdida de los valores fundamentales para la convivencia y tantas otras causas
que podríamos sorprendernos.
¿Cómo
determinarlo? Eso es lo más importante, si se deciden ejecutar acciones que
contribuyan a los cambios necesarios. En primer lugar es importante realizar un
sondeo que permita a los especialistas en las áreas de recursos humanos y de responsabilidad
social empresarial obtener resultados concretos, sobre los cuales se debe
diseñar la estrategia a seguir. No debería formularse el emprendimiento de un
programa sólo partiendo de la percepción, por el contrario la percepción actúa
como una alarma que llama nuestra atención. Concretar esa percepción es la
tarea inicial. Después es que se emprende el reto para crear una propuesta
innovadora que busque despertar el interés de los involucrados. Esto significa
construir sobre bases ciertas y firmes.
Estamos seguros que muchas personas al
leer esta columna se dirán, eso no pasa en mi empresa y seguramente será así. No
estamos diciendo que los cambios en negativo se han producido en todas las
empresas del país, pero volteemos la mirada a nuestro alrededor, poniéndonos la
cachucha de usuarios o de consumidores y vamos a ver que conseguimos. Bajo este
esquema podremos realizar un trabajo de identificación que probablemente nos
lleve a conectar con nuestro propio trabajo.
La calidad de servicio es un valor
fundamental para el desarrollo de una sociedad, porque tiene que ver con muchas
de sus necesidades, tiene que ver con las carencias fundamentales que ameritan
respuestas para alcanzar unas mejores condiciones de vida y sobre todo tiene
que ver con aquello que significa el conocimiento de nuestros deberes y
derechos, tanto en el ámbito público como en el privado.
Busquemos, listemos a nuestro alrededor como un llamado
incluso previo a que se enciendan las alarmas.
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