Por: Inés Muñoz Aguirre
pronosticogerencia@gmail.com
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Esta es una de las interrogantes más difíciles para quienes dirigen una empresa que se ve asediada por elementos externos en lo político, en lo económico o en lo social. Por supuesto hay muchos factores que inciden en la toma de decisiones, pero hay un factor muy importante como lo es el personal de la empresa. Un personal que por encima de cualquier crisis debe mantenerse motivado, dispuesto al emprendimiento pero consciente de las tomas de decisión que influirán directamente en el desarrollo de sus labores y en las responsabilidades que le toca ejercer.
Es así como el primer objetivo claro, diferenciador, y continuo debe estar dirigido al personal, con propuestas en lo motivacional, la orientación y los alcances planteados. Un personal que desarrolla empatía con la lucha que le toca emprender a la empresa, es un personal dispuesto a trabajar, a crear, a negociar y a transar cuando sea necesario y estos aspectos son fundamentales, porque en medio de una crisis muchas veces la actitud negativa, desinteresada y a veces en exceso individualista por parte del equipo de trabajo es la que conduce con mayor celeridad a la parálisis de la empresa. Cuando no se producen acuerdos en medio de una crisis, el único camino que queda es liquidar el negocio sin que se haya logrado entender que una vez que esto sucede no hay vuelta atrás y en consecuencia la pérdida es de todos los involucrados, dueños, directiva, gerencia y empleados.
El segundo objetivo tiene que dirigirse a los relacionados, los clientes y proveedores.
Es muy importante entender que ni aun en los peores momentos la empresa debe desatender su entorno inmediato, la comunicación debe ser permanente. Una comunicación formal, clara y también hasta cierto punto motivadora. No hay que olvidar que en momentos de crisis la interacción entre los afectados es de mucha importancia, porque se generan matrices de opinión que vistas desde lo positivo contribuyen a encontrar caminos conjuntos, a la realización de nuevos negocios, a la posibilidad de detectar oportunidades y a la creación de nuevas y buenas alianzas. El no sostenimiento de una comunicación permanente genera interrogantes, incertidumbre y finalmente desconfianza.
El tercer aspecto es la comunicación con el entorno al que la empresa le sirve, ya se trate de productos, servicios o cualquier relación que implique el trato ya sea directo indirecto con la comunidad. Entendiéndose por comunidad un conjunto de personas que viven juntas bajo ciertas reglas o que tienen los mismos intereses.Esto quiere decir que todos aquellos que requieren de mi empresa son una comunidad en si misma.
Muchas veces la inexperiencia no lo ve así y son muchos los empresarios que entre sus primeras decisiones en momentos de crisis apuntan a acciones que van dirigidas a realizar recortes en sus temas de comunicación e imagen. Esta tiende a no ser una decisión que se pueda calificar de positiva porque lleva a la empresa a aislarse, a interrumpir su relación con el entorno desde el punto de vista de la presencia comunicacional, a que la decisión se revierta enviando de forma indirecta el mensaje de que no se está bien. Si se rompe la comunicación con el entorno desaparecen las posibilidades de relación.
Toda crisis trae consigo la necesidad de realizar grandes esfuerzos. No olvidar que la comunicación es el enlace con los demás es fundamental. En ello se encontrará la tarea necesaria para avanzar, sostenerse y gestionar.
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